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La irracionalidad del anarcocomunismo

Pienso que el anarco-comunismo es absurdo, porque no hay nada más opuesto al anarquismo que el comunismo. El comunismo implica estatismo, implica un estado que controla y regula la economía de forma de que haya igualdad, en cambio en el anarquismo no hay estado, es contradictorio. Una cosa es la igualdad y otra es la libertad, y nos guste o no, no se puede establecer un régimen que tenga libertad absoluta e igualdad absoluta al mismo tiempo, porque desde el momento que hay libertad, hay libertad para tener más o menos que los demás; y desde el momento que hay igualdad impuesta, no se tiene la libertad de trabajar y ganar más y de hacer con tus cosas lo que quieras.

El anarquismo que tiene sentido es el anarquismo individualista, el anarquismo socialista es medio absurdo, solo plantea fines, eso no es política, eso es soñar, la política son las medidas, no los fines. No es política decir cosas como “mi ideología es la igualdad y la libertad”, la política es decir qué vas a hacer para conseguir lo que quieras, qué medidas vas a tomar.

Hay que saber separar lo que son las medidas políticas de los fines, porque si fuese por los fines todos tendríamos “ideologías” maravillosas, pero no servirían de nada porque no podríamos llevarlas a cabo. Lo que sí se pueden llevar a cabo son las medidas, y en lo que respecta a las medidas el anarquismo y el comunismo son radicalmente opuestas, y es más: el anarquismo es la máxima expresión del capitalismo, y el capitalismo es la máxima expresión del anarquismo. Justamente el capitalismo es la economía sin regulación no control estatal, a diferencia del comunismo que es todo lo contrario.

El comunismo se opone al libre-mercado (capitalismo de mercado), se opone mediante la regulación estatal de la economía. El anarquismo no se puede oponer al libre-mercado porque no hay estado para regular la economía.

Tienes que estudiar más economía, es la parte más importante de la política, te lo dice desde Milton Friedman hasta el Che Guevara. Sino caes en contradicciones enormes, como por ejemplo el anarco-comunismo, que dice que apoya la cooperación entre los individuos pero no dice cómo es que la apoya, y de hecho no tiene forma de apoyarla porque ya no habría Estado para hacerlo.

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