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Para la OMS, la carne roja es una maniobra de distracción

Nuestro complejo verde-industrial en auge creado por administraciones de ambos partidos en EEUU está usando eficazmente a la ONU, sus treinta y dos instituciones “hijas” (como el Banco Mundial, la UNESCO y numerosos “tribunales”) y cientos de centros de formación e investigación. Esta enorme construcción burocrática emplea ya a más de un millón de “funcionarios internacionales” para administrar los que nuestros visionarios socialistas esperan que se convierta en el gobierno mundial del futuro.

Una “institución hija” crecientemente importante del sistema de la ONU es el muy politizado “Departamento Mundial de la Salud”, también conocido como “Organización Mundial de la Salud” (OMS) que, como parte de una nueva campaña de miedo, ha emitido nuevas declaraciones de que salchichas, perritos calientes, bratwurst y jamón son cancerígenos y que toda la carne roja es “probablemente cancerígena”.

La nueva campaña anti-carne no se ocupa sin embargo de tu salud, sino de la “salud del planeta”. El ataque de la OMS a la carne se está produciendo justo antes de la reunión de París sobre calentamiento global y es una parte de la revolución socialista a cámara lenta pobremente disfrazada de “concienciación sobre el cambio climático”. Como es usual, las políticas socialistas hoy están justificadas como “necesidad para generaciones futuras”. El famoso Nobel de física, el Dr. Ivar Giaever, en un tiempo seguidor de Obama, ahora está en contra del presidente sobre calentamiento global. “Yo diría que básicamente el calentamiento global es un no-problema”. Giaever ridiculizaba a Obama por declarar que “ningún desafío plantea una amenaza mayor para las generaciones futuras que el cambio climático”. El físico lo llamaba una “declaración ridícula” y decía que Obama “recibe malos consejos” en lo que se refiere al calentamiento global. Estoy seguro de que Obama y otros políticos están vendiendo la agenda del cambio climático, no debido a “malos consejos”, sino porque su defensa les da argumentos para la planificación centralizada y recortar la libertad individual.

La Conferencia del Cambio Climático de las naciones Unidas de 2015, que se realizará en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre, está diseñada por la administración Obama como el gran salto adelante hacia el gobierno mundial y la planificación centralizada. Será la vigésimo primera sesión anual de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 1992 (CMNUCC) y la undécima sesión de la Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto de 1997. El objetivo de la conferencia es lograr una acuerdo legalmente obligatorio y universal sobre el clima, para todos los países, incluyendo EEUU.

Todos los globalistas se movilizaron para preparar este evento. Por ejemplo, el papa Francisco publicó una encíclica llamada  Laudato Si para ayudar a que la conferencia fuera un éxito. La encíclica reclama acciones inmediatas contra el cambio climático de origen humano. La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales, que remonta sus orígenes hasta la Primera Internacional fundada y dirigida por Karl Marx, ha pedido que el objetivo sea: “cero carbono, cero pobreza” y su secretaria general Sharan Burrow ha proclamado que “no hay trabajo en un planeta muerto”.

La guerra contra la carne es parte de este bombardeo de relaciones públicas. Lord Stern, de Reino Unido, antiguo economista jefe del Banco Mundial, cree que “la carne es una utilización derrochadora de agua y crea mucho gases de efecto invernadero. Pone una enorme presión sobre los recursos del mundo. Es mejor una dieta vegetariana”.

Otro Stern, esta vez nuestro, es un enviado especial de EEUU para el cambio climático nombrado por la administración Obama para conseguir un acuerdo fuerte sobre el clima en la conferencia del clima del París. El embajador Todd Stern está ahora mismo viajando a Brasil y Cuba para conseguir el apoyo de estos gobiernos socialistas corruptos para oponerse a “la amenaza global del cambio climático”.

En EEUU, los fanáticos socialistas y sus compinches “capitalistas” ya han destruido el sector del carbón y todo el sector de la energía está bajo ataque. Ahora van contra el sector cárnico que es, según ellos, “insostenible”.  La izquierdista Union of Concerned Scientists clasifica a la ingesta de carne como el segundo riesgo ecológico más grande que afronta la Tierra. (El número uno son los vehículos de combustibles fósiles).

En la Unión Soviética, cuando existía, la carne solo estaba disponible para los funcionarios del Partido Comunista y el resto de solo podían encontrarla en el mercado negro. Se “explicaba” a las masas que la carne era mala para su salud. En Cuba hoy no puede encontrarse carne en las tiendas de alimentación. Carne picada (normalmente mezclada con soja), pollo, salchichas y jamón están racionados por el gobierno en la cantidad de media libra por persona cada quince días. Sin embargo, mis amigos cubanos se quejan de que la mayoría de estos envíos no son fiables y pueden “cancelarse” sin explicaciones.

En EEUU, el Comité Asesor de Guía de Dietas de 015 trabajó para crear un informe de 571 páginas de “evidencias” pseudocientíficas para animar a los estadounidenses a evitar la carne roja. Los departamentos de agricultura y sanidad y servicios humanos de EEUU usarán esta ciencia basura para dirigir la política federal de nutrición, incluyendo el programa de almuerzos escolares de 16.000 millones de dólares.

Y todo se hace a nuestra costa. Estados Unidos está financiando a la ONU y sus instituciones “hijas”, incluyendo la OMS, de un cuarto a un tercio de sus presupuestos operativos. Esperemos que no tengamos todo el gobierno mundial que estamos pagando.


Publicado originalmente el 5 de noviembre de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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